10 d’abril 2011

JORNADA REIVINDICATIVA PER LA JUSTICIA SOCIAL

Recordar a todos aquellos que lucharon e hicieron posible durante ocho años la II República española, como forma efectiva de hacer patentes los valores ciudadanos resumidos en el famoso lema de libertad, igualdad y fraternidad. La Constitución de la Segunda República supuso un avance notable en el reconocimiento y defensa de los derechos humanos por el ordenamiento jurídico español y en la organización democrática del Estado, dedicando casi un tercio de su articulado a recoger y proteger los derechos y libertades individuales y sociales, amplió el derecho de sufragio a los ciudadanos de ambos sexos mayores de 23 años y reconoció la soberanía popular, ejercida a través de un órgano unicameral, el Congreso de los Diputados. Principios que la Constitución incorporó o reafirmó como elementos esenciales del ordenamiento jurídico español: igualdad de los españoles ante la ley (isonomía); laicidad, por el que se iba más allá de la mera separación entre la Iglesia y el Estado para adentrarse en un ámbito de total eliminación de la religión de la vida política; elección y movilidad de todos los cargos públicos; principio monocameral, más acorde a la democracia, que suponía la eliminación de una segunda Cámara aristocrática o de estamentos privilegiados y por el cual el poder legislativo sería ejercido por una sola Cámara; amplia declaración de derechos y libertades; reconocimiento del matrimonio civil y el divorcio. Así, no sólo se eliminaron privilegios reconocidos hasta ese momento exclusivamente a los varones, sino que se reguló el acceso de las mujeres a cargos públicos, se concedió el derecho de voto a las españolas y a ser elegibles como Diputadas, se mejoraron los derechos de la mujer en la familia y en el matrimonio (se reconoció el matrimonio civil, se suprimió el delito de adulterio aplicado sólo a la mujer y se permitió legalmente el divorcio por mutuo acuerdo), se obligó al Estado a regular el trabajo femenino y a proteger la maternidad (se prohibieron las cláusulas de despido por contraer matrimonio o por maternidad, se estableció el Seguro Obligatorio de Maternidad y se aprobó la equiparación salarial par ambos sexos), y se reconoció el divorcio por mutuo acuerdo así como el derecho de las mujeres a tener la patria potestad de los hijos (se permitió la investigación de la paternidad y el reconocimiento de los hijos naturales). En el ámbito de la educación, se permitieron las escuelas mixtas y la coeducación, se abolieron las asignaturas domésticas y religiosas y se crearon escuelas nocturnas para trabajadoras. En Cataluña, incluso, se llegó más lejos, en donde se permitió la dispensación de anticonceptivos, se despenalizó y legalizó el aborto, se decretó la abolición de la prostitución reglamentada y se prohibió contratar a mujeres en trabajos considerados como peligrosos o duros. La 2ª República se perfila ahora, y en la nostálgica lejanía, como un conjunto de valores imprescindibles, un modelo de dignificación del papel de la mujer, un desafío original al orden histórico establecido, así como un compromiso de futuro y un ejemplo de libertad y legitimidad democráticas. El Rey, mantiene idénticos prejuicios referente a su pasado con la dictadura, que aún no ha condenado, y mantiene los complejos aún no superados del antagonismo monarquía-república. Mientras no se consideren ambos periodos igual de legítimos, el fantasma de la guerra y de las dos Españas, permanecerá vivo. Basta leer las dos constituciones para apreciar que en ambas se recogen los valores republicanos y liberales. El Rey ya no está ligado ni a Dios, ni a la institución monárquica absolutista. Y el periodo de 1936 a 1975, es un periodo ilegal e ilegítimo, aunque Franco fuera Caudillo de España por la Gracia de Dios. La Constitución Española es la única que restaura la legalidad quebrantada con el golpe militar del 18 de Julio de 1936. El 14 de abril de 1931, España tuvo una oportunidad, y los españoles la aprovecharon. Pese a la brevedad de su vida, la II República desarrolló en múltiples campos de la vida pública una labor ingente, que asombró al mundo y situó a nuestro país en la vanguardia social y cultural. Entre sus logros, bastaría citar la reforma agraria, el sufragio femenino, los avances en materia legislativa de toda índole, la separación efectiva de poderes, las constantes y modernísimas iniciativas destinadas a difundir la cultura hasta en las comarcas más remotas, el decidido impulso de la investigación científica o el florecimiento ejemplar no sólo de la educación, sino también de la asistencia sanitaria pública, para demostrar que aquel bello propósito generó bellísimas realidades, que habrían sido capaces de cambiar la vida de un pueblo condenado a la pobreza, la sumisión y la ignorancia por los mismos poderes -los grandes propietarios, la facción más reaccionaria del Ejército y la jerarquía de la Iglesia Católica- que se apresuraron a mutilarlo de toda esperanza. AVUI CONTINUEM DEMANANT LA LEGITIMITAT PRESA PER LA FORÇA, I HEM DE LLUITAR PELS MATEIXOS VALORS I FITES QUE VA ACONSEGUIR LA II REPÚBLICA, AIXÍ DONS DEFEMSEM AQUELLES COSES QUE ES VAN MILLORAR GRÀCIES A LES REFORMES, EL SANITAT, ENSENYAMENT, IGUALTAT DE LA DONA, DIVISIÓ PODERS, ETC ¡NO A LES RETALLADES A LA SANITAT PÚBLICA! ¡PER UNA EDUCACIÓ PÚBLICA DE QUALITAT I AMB RECURSOS! ¡PROU DE INJUSTICIES SOCIALS I ECONÒMIQUES! ¡CAP UN ESTAT FEDERAL O CONFEDERAT! VISCA LA II REPÚBLICA I PER LA III REPÚBLICA! ¡MOBILITATZAT, JO HI ANIRÉ!

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