Las desigualdades matan
Daniel Raventós
Ara
No es frecuente que un hombre mate a cuatro personas por haber sido despedido y parece que estafado [1]. Se me pide una opinión y, como economista y sociólogo, apuntaré algunas cuestiones.
Se repiten machaconamente unas obviedades según las cuales no todas las personas que están en paro matan, ni todas las que son pobres cometen asesinatos, ni toda persona que es humillada se venga. Lo sabemos. Pero más allá de estas trivialidades, es pertinente considerar que:
1) Algunos interesantes estudios (del epidemiólogo Richard Wilkinson, por ejemplo) muestran que las grandes desigualdades sociales producen mucho sufrimiento humano y un aumento de la delincuencia y los crímenes.
2) Las desigualdades sociales han aumentado de manera muy importante a lo largo de los últimos 30 años. Los ricos han llegado a concentrar una riqueza que nadie hubiera podido imaginar pocos años antes. Para concretar algunas cifras: la riqueza de las 91.300 personas, es decir, una por cada aproximadamente 75.000 habitantes del planeta, que en el año 2009 tenían en todo el mundo más de 30 millones de dólares (sin contar la primera residencia, los bienes consumibles, los bienes coleccionables, entre otras excepciones), suma 13'8 billones de dólares. Se trata de un PIB similar al de toda la UE. Son datos de Merrill Lynch y Capgemini, que prevén que en el año 2013 todavía los ricos serán mucho más ricos . No les irá mal la crisis, mientras que a buena parte de la clase trabajadora y a las eufemísticamente llamadas clases medias las golpea de una manera que provoca más paro, más precariedad y más pobreza.
3) Muy recientemente se han publicado nuevos datos de la pobreza en el Reino de España y en la nación catalana. Son conocidas: en Catalunya, una de cada cinco personas está por debajo del umbral de la pobreza.
4) En el año 2010 habrá un record de desahucios. Mucha más gente de la que ya hay ahora se quedará en la calle, pero seguirá debiendo mucho dinero a los bancos y cajas. La legislación española, a diferencia por ejemplo de la de EEUU, permite que una persona desahuciada por no poder pagar una hipoteca, aún siga debiendo al banco o caja parte del crédito no cubierto por el desahucio. El parlamento español rechazó recientemente que el desahucio de la vivienda pudiera saldar completamente la deuda hipotecaria.
Como apuntaba más arriba, seguiremos escuchando las habituales evidencias según las cuales no todos los pobres, los desahuciados y los parados matan. Y menos a cuatro personas cada uno. Si así fuera, cuatro millones de parados en el Reino de España se cargarían a 16 millones de personas. Lo sabemos. Pero más que repetir como loros lo que es evidente, quizás sería más interesante preguntarnos cómo podría hacerse un diseño institucional que simplemente garantizase la existencia social a todos los miembros de nuestra sociedad, que hiciese a la gente menos infeliz y desesperada.
Concretamente, además de enviar a la cárcel a los banqueros, como pedía recientemente el Nobel de economía Joseph Stiglitz, en defensa de la pura protección social, harían falta algunas medidas. Una pequeña muestra de algunas de tales medidas: una renta básica de ciudadanía que garantizase la existencia material de toda la población, una lucha decidida contra el fraude fiscal (más del 20% del PIB), un impuesto sobre las transacciones financieras, la recuperación de los tipos del IRPF y del impuesto de sociedades anteriores a las reformas fiscales regresivas de los gobiernos del PP y del PSOE de los últimos 15 años, un aumento de la imposición a las SICAV que permite a los muy ricos tributar porcentajes simbólicos, el restablecimiento del impuesto sobre el patrimonio. Son medidas que favorecerían a gran parte de la población perjudicada en los últimos años: casi toda, si exceptuamos a los más ricos.
Nota del t.
[1] El 15 de diciembre, Pere Puig mató a cuatro personas, dos de las cuales eran sus patrones, en la ciudad de Olot. El nuevo diario en lengua catalana cuyo primer número se editó en noviembre Ara, pidió un artículo al autor con motivo de este cuádruple asesinato. El artículo estaba incluido dentro de un dossier que llevaba por título "el crimen de la crisis".
Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona y presidente de la Red Renta Básica. Su último libro es Las condiciones materiales de la libertad (Ed. El Viejo Topo, 2007).
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