El Partido Comunista de Chile, ante la muerte del dictador Augusto Pinochet, se hace eco del sentimiento popular que festeja la desaparición física del tirano, y reitera, primero que nada la exigencia –que es la de la mayoría del pueblo chileno- de no realizar ningún tipo de reconocimiento o manifestación de honores, ya sea civiles o militares, a un personaje evidenciado como criminal de lesa humanidad y ladrón. Si se insistiera en una iniciativa de ese carácter, acompañaremos al pueblo en sus manifestaciones de legítima protesta.
La muerte de Augusto Pinochet no puede significar punto final ni impunidad para las brutales violaciones a los derechos humanos perpetradas bajo el imperio del terrorismo de estado durante su tiranía.
El pueblo chileno lo condenó desde el primer momento pese a que los poderes del Estado mezquinaron la decisión de procesarlo y sentenciarlo en más de 15 casos comprobados de homicidios, desapariciones, torturas y genocidio, además de fraude fiscal, enriquecimiento ilícito, malversación de fondos públicos y otros latrocinios. Es por tanto imperativo que continúen desarrollándose los juicios hasta lograr plena verdad y justicia.
El Ejército de Chile debe recuperar el honor mancillado por este individuo, que lo separó de su pueblo. Si actuaran de acuerdo al sentir nacional, deberían degradarlo. Hoy tienen la oportunidad histórica de actuar de acuerdo a un criterio auténticamente democrático y de defensa de nuestra soberanía nacional.
PARTIDO COMUNISTA DE CHILE Santiago, 10 de Diciembre 2006
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